¿Funcionan los seminarios de seducción? ¿Logran los hombres que allí asisten destacar por sobre el resto? El psicólogo Andreas Baranowsky de la Universidad de Meinz parece tener un respuesta a esas preguntas pues llevó adelante un experimento para determinar científicamente cuál es la efectividad de los seminarios de seducción para hombres que se dictan en las principales ciudades del mundo. Luego de aprender los conocimientos más importantes que dictan escuelas como LevantArt, los resumió en una clase teórica de cinco horas que ofreció a 17 voluntarios (1). Antes de la clase les hizo una encuesta y pidió a los participantes que durante dos horas intenten conseguir la mayor cantidad de números de teléfono de mujeres que les resulten atractivas en una calle concurrida del centro de la ciudad. ¿El resultado?
(Para conocer las mejor formas de comenzar una conversación con mujeres lee esta entrada)
Luego del seminario, los hombres pasaron de obtener en promedio un número de teléfono por hora a más de tres números. Dos meses después del seminario se volvió a contactar a los participantes. En cuanto a citas, pasarón de 0,5 citas promedio por mes antes del seminario a 2 citas por mes luego del mismo. Con un seminario de cinco horas y sin ninguna experiencia en coacheo, Baranowsky logró que los hombres dupliquen y hasta cuadripliquen su capacidad de seducir. Son buenos números, aunque en LevantArt Escuela de Liderazgo y Seducción superamos esas estadísticas.
Si el estudio de la seducción es tan efectivo ¿Porqué no todos los hombres aprenden seducción? Por desconocimiento, falta de dinero o desconfianza, pues han sido criados en la idea de que el amor y la seducción no se aprenden. La idea que predomina es que en cuestiones románticas, no se trata de aprender algo sino de encontrar a la persona correcta. El foco no está puesto en uno mismo sino en el otro, en encontrarlo. Casi la totalidad del cine contemporáneo está estructurado sobre esa premisa, la de que hay una media naranja esperándonos. Desde LevantArt creemos en algo quizá menos simpático en un comienzo, pero mucho más alentador en su comprensión final: no hay nadie esperándote. Nadie. ¿Cuál es la parte alentadora? Que todo depende de vos. Podés amar y ser amado, pero depende de vos, no de encontrar a la persona correcta.
Entiendo que lo más fácil para el orgullo masculino es culpar a las mujeres de la falta de sexo o romance que podamos tener con ellas. “A ellas les gustan los bobos”, “Las lindas son tontas” o “las mujeres son histéricas” son frases que la mayoría de los hombres utilizamos cuando no queremos aceptar una dolorosa verdad: que no pudimos seducir a la mujer que realmente nos gustaría seducir. Por suerte hay una solución: Si usted se encuentra alguna vez pronunciando o pensando una de estas “máximas”, aprenda a seducir y deje de maldecir!No hay excusas, está demostrado que en pocas horas usted puede duplicar o cuadriplicar su efectividad con las mujeres. Nunca es tarde para comenzar a cambiar la vida para bien.
Pienso que todos los hombres deberían estudiar seducción. Puedo imaginar una escuela que entre lecciones de Historia y Matemática enseñe a sus alumnos teorías sobre la seducción. Sin dudas allí anotaría a mis hijos. Creo que en un futuro la ciencia de la seducción se integrará a la educación formal. Estoy convencido de que podemos vivir plenamente sin saber qué día comenzó la primera guerra o cómo se calcula la superficie de un círculo… pero qué vida más triste si nunca aprendemos a seducir!
Hasta tanto la seducción no se enseñe publicamente a todos los hombres, estudiar, enseñar y divulgar nuestros imperativos sexuales tangibles y cognoscibles es exactamente lo que hacemos en LevantArt. Ojalá algún día esto se enseñe en la educación formal. No tiene nada que ver con la educación sexual que se imparte hoy en día que no es mucho más que un tutorial sobre cómo utilizar un preservativo. Aprender a seducir, en cambio, es comprender qué nos hace susceptibles de ser deseados por una mujer o muchas mujeres, sea por una noche o para toda la vida. Lo que tú desees, al fin y al cabo de eso se trata, no hay excusas para no hacer lo que queramos con nuestra vida.
Director de LevantArt, Escuela de Coaching Social, Liderazgo y Seducción.
Autor de “El juego de la Seducción” Ed Dibuks, 2013.
Para más información: www.levantartseduccion.com
martin@levantartseduccion.com
(1) Puede consultar el estudio completo de BAranowsky, “The science of seduction” aquí: http://www.spiegel.de/media/media-27730.pdf
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Conferencias de Andrés y Martin Rieznik, fundadores de Levantart, en TEDx